Mis pensamientos y yo
Una batalla verdadera no es la que combates afuera, si no la que está dentro de ti. ¿Cuál es mi lugar en todo esto? ¿Qué papel debería tomar? ¿El de sufrir sin llorar o el de llorar sin sufrir (aunque es básicamente lo mismo)? ¿Me dejo ir o me aproximo hasta allá? Pero ¿A quién le importa? Todo se reduce a una sola cosa siempre...
Dicen que el tiempo lo cura todo, dicen que el tiempo tiene las respuestas, dicen tantas cosas del tiempo, pero éste incluso termina por ser completamente relativo. Me vi envuelta en decisiones que acabaron por encender mi sistema de alerta hasta el máximo nivel.
Y ahora, como un fantasma, camino en medio de un pasillo vacío, o me siento a observar la noche tan oscura y me pierdo. Son tanta las veces que me pierdo que he perdido la cuenta. Me pierdo, buscándome. Pasé tanto tiempo dormida que, despertar fue como mirar el ocaso y caer, para luego caerme cien veces más y volverme a levantar; sentirme más humana fue sentir que mi corazón en realidad sí estaba bombeando la sangre suficiente como para mantenerme con vida.
Oh ¡Joder! Sólo quiero que acabe... entre pensamientos inconclusos, a la mitad de pensar en nada, a la mitad de pensar en todo, a la mitad de ningún sitio... sólo obtuve eso, un todo que se redujo a la mitad, una mitad que no alcanzó ni a un cuarto, y un cuarto que no logró rellenar a este enorme saco de carne y huesos.
Dicen que el tiempo lo cura todo, dicen que el tiempo tiene las respuestas, dicen tantas cosas del tiempo, pero éste incluso termina por ser completamente relativo. Me vi envuelta en decisiones que acabaron por encender mi sistema de alerta hasta el máximo nivel.
Y ahora, como un fantasma, camino en medio de un pasillo vacío, o me siento a observar la noche tan oscura y me pierdo. Son tanta las veces que me pierdo que he perdido la cuenta. Me pierdo, buscándome. Pasé tanto tiempo dormida que, despertar fue como mirar el ocaso y caer, para luego caerme cien veces más y volverme a levantar; sentirme más humana fue sentir que mi corazón en realidad sí estaba bombeando la sangre suficiente como para mantenerme con vida.
Oh ¡Joder! Sólo quiero que acabe... entre pensamientos inconclusos, a la mitad de pensar en nada, a la mitad de pensar en todo, a la mitad de ningún sitio... sólo obtuve eso, un todo que se redujo a la mitad, una mitad que no alcanzó ni a un cuarto, y un cuarto que no logró rellenar a este enorme saco de carne y huesos.
Comentarios
Publicar un comentario